Para fomentar la motivación por unos estudios, el primer paso es definir qué pretendes con ellos:
Qué mejoras buscas: Conocimientos relacionados con tu formación, el aprendizaje de idiomas, nociones sobre materias y habilidades que no manejas pero que son útiles para el desempeño de tu profesión, etcétera.
Dónde quieres llegar: Definir claramente los beneficios que pretendes alcanzar con unos estudios determinados. Por ejemplo, un currículum atractivo y adaptado a las demandas empresariales del momento; el acceso a puestos de mayor responsabilidad; un ascenso profesional o incluso un cambio de empleo.
Una vez que tengas claros tus objetivos es el momento de precisar qué es lo que vas a estudiar. La motivación es mayor si encuentras que la formación es útil, práctica y atractiva. De esta manera te sentirás plenamente motivado por lo que haces. Tu actitud será proactiva, estarás más concentrado y tu nivel de implicación también será mayor.
Está demostrado que cuando la motivación para estudiar es fuerte, cursar unos estudios no supone un gran esfuerzo. Al contrario, son un aliciente para seguir adelante y lograr tus metas profesionales.
Otro de los factores que contribuye a fomentar la motivación es comprobar que el programa es factible. Es decir, que el plan de estudios lo podemos asumir y realizar sin que eso suponga que descuidemos el resto de nuestras actividades y responsabilidades. Hay que tener en cuenta que el estrés generado por una carga de trabajo que no podemos asumir, provocará una desmotivación por los estudios.
Pautas para permanecer motivado
A pesar de todo, aplicarse en los estudios no es tarea fácil. Para lograrlo a veces es recomendable seguir una serie de pautas para no perder esa motivación:
Sé curioso. En cada tema que estudies busca la transferencia a la vida real. Fomentando la curiosidad innata que hay en ti, la materia será más atractiva y más fácil de aprender y asimilar.
Establece un plan de estudio. Es aconsejable fijar un horario de estudio adecuado a tu agenda. Eso sí, cuando lo hayas establecido procura cumplirlo y dale prioridad ante cualquier inconveniente que pueda surgir.
Fija metas ambiciosas, pero asumibles. Es esencial ser consciente de nuestras capacidades y plantearnos metas que podamos alcanzar. De lo contrario, la no consecución de nuestros objetivos restará motivación.
Elimina distracciones. Cuando te pongas a estudiar hazlo en un entorno agradable, que favorezca tu concentración y aprovechamiento de las horas de estudio.
Date un premio. Cuando termines con la tarea programada, prémiate por el trabajo bien hecho. No tiene que ser algo grande, un pequeño capricho actuará de incentivo para seguir adelante.
Algunas formas de aumentar tu motivación para estudiar son:
1. Toma descansos
Para de estudiar cuando observes cualquier signo de fatiga o cansancio. No pares cuando tus energías estén al mínimo porque de esa manera lograrás tomar aversión al estudio. Lo ideal es descansar cada 50-60 minutos.
Si tomas un descanso cuando tu nivel de energía es alto, tras 10 minutos volverás al estudio descansado y aún con más energía.
2. Piensa en los objetivos a largo plazo
Pensar que si apruebas un examen podrás accedes a un puesto de trabajo o sacarte la carrera que deseas, hará que te motives y que encuentres una razón para realizar todo ese esfuerzo.
Escribe en un post-it los beneficios del esfuerzo y recuérdalos cuando tu motivación decaiga. Por ejemplo:
Este conocimiento me servirá para el resto de mi vida.
Me ayudará a conseguir aprobar mi carrera y acceder a un buen trabajo.
Cuando termine no lo tendré que volver a estudiar.
3. Cambia de perspectiva
Aunque algunas materias son aburridas, puedes tratar de cambiar de perspectiva y percibir el contenido que estudias como interesante. Si sientes un interés real en ello te será mucho más sencillo adquirir el conocimiento y profundizar en su estudio.
Recuerda también que no todo el mundo tiene la oportunidad de estudiar.
4. Usa recompensas
Si has estado toda una tarde estudiando y sientes que has rendido, date a ti mismo una recompensa; una comida que te guste, ver una película, practicar algún deporte…
Si tienes en mente que al final del esfuerzo obtendrás algo placentero, estudiarás con más ganas, energía y motivación.
Para recompensarte a ti mismo:
Establece un objetivo (por ejemplo estudiar el tema 8) y su recompensa si lo consigues (ver una película).
Los logros más complicados y que requieren más esfuerzo deben tener recompensas mayores. Al igual, los esfuerzos pequeños deben tener recompensas menores.
Si no te esfuerzas, no te recompenses.
Usa también recompensas con autoafirmaciones: «lo estás haciendo muy bien», «eres el mejor», «sigue así y sacarás buenas calificaciones».
5. Planifica la sesión de estudio
Si comienzas a estudiar y no sabes a dónde quieres llegar estarás perdido y perdiendo el tiempo. Planifica el temario que quieres estudiar y trata de ponerte un límite adecuado en el que terminarlo. Recuerda la ley de Parkinson y trata de hacer menos cosas en menos tiempo.
¿Cómo planificar?
Haz una lista de tareas a terminar y pon un límite a cada una.
Ordena la lista de las tareas más a menos importantes.
A medida que vayas terminando cada tareas me tachándolas en la lista.
6. Ve a una biblioteca
Si te sientes enclaustrado en tu casa, acude a una biblioteca donde podrás ver que mucha más gente está estudiando igual que tú. Si acudes con amigos, mejor estudia en mesas diferentes para no distraerte y toma los descansos de forma conjunta.
7. Evita distracciones
Con las distracciones solo perderás el tiempo y verás cómo han pasado las horas sin avanzar en el temario, lo que contribuirá a que disminuya tu motivación.
Sobre todo, apaga el móvil o colócalo fuera de la vista para no estar constantemente comprobando si te han mandado un mensaje.
8. Haz primero lo más difícil
Debido a que cuando comenzamos una tarea tenemos más energía, será mejor si la invertimos en las tareas más difíciles. Además de esta manera no estarás preocupado durante el día en que tienes que terminar algo complicado.
9. Escucha música
La música es una buena forma de motivarte, concentrarte o evitar distracciones. Siempre y cuando la misma música no te distraiga. Por tanto deberá ser música clásica o bandas sonoras principalmente.
10. Acepta el estrés
Una de las cosas que peor efecto tiene tanto en el estudio como en los exámenes es el exceso de estrés. Algo de estrés es positivo porque te activará para estudiar, pero demasiado solo logrará síntomas fisiológicos, que gastes demasiada energía y desconcentrarte.
11. Hazlo poco a poco
Esto está relacionado con planificar. No estudies de golpe 10 horas en un día. Te frustrarás y desarrollaras asco al estudio. En su lugar, estudia un poco todos los días. 2-3 horas para no saturarte y desmotivarte. Además, si estudias con tiempo, en lugar de solo el día antes, harás que los conocimientos que adquieres se asienten en tu memoria a largo plazo
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