Como seres sociales compartimos experiencias, descubrimientos, ideales, deseos, de tal forma contagiamos nuestros estados de ánimos los unos a otros. Entonces son las capacidades intrapersonales la que nos llevan a tener mejores capacidades interpersonales. Es decir, cuanto mejor nos conocemos a nosotros mismos, mejor conoceremos a los demás, y cuanto más escuchamos a los demás, más nos conoceremos a nosotros mismos. Esto permite el desarrollo de la empatía y toma de perspectiva.
De acuerdo a lo anterior podemos entonces desglosar el tema entre cerebro social y cerebro emocional.
Empezamos entonces con el cerebro social, el cual parte inicialmente de una hipótesis, el cual se dice que es la abstracción de principios de comportamiento individuales (morales) y a nivel de grupo (normas) que hacen posible mantener la cohesión social y el alcance de los beneficios debidos a ésta.
En definitiva, la interacción con los otros son la base de la cognición social, es decir, se trata del conjunto de habilidades, desarrolladas tanto genética como a través de la experiencia, que nos permiten comprender los pensamientos y las intenciones de los demás, para así responder satisfactoriamente a las situaciones sociales.
Diversos estudios proponen dos factores importantes para mostrar una adecuada cognición social.
El primer factor refiere a las neuronas espejos, el cual nos ayudan a prevenir las intenciones de otras personas. Estas se han ido desarrollando muy bien, por lo que han favorecido a la “selección natural”, o en otras palabras para la supervivencia. Y gracias a esta se ha podido desarrollar la empatía.
Mientras que el segundo factor, nos habla sobre la teoría de la mente, en la cual su importancia radica en que permite al individuo explicar y predecir las intenciones, deseos y comportamientos del otro, para una adecuada y más rápida adaptabilidad a un grupo social, de tal manera que se pueda actuar correctamente y conducirse socialmente.
Ahora, hablando del cerebro emocional, nos referimos más que todo a la inteligencia emocional. Quizás con el ultimo término ya podemos tener una mejor idea.
Hablar de inteligencia emocional es hablar sobre la capacidad que tenemos las personas para reconocer nuestros sentimientos, la de los demás, así como también el conocimiento para poder manejarlos. Entonces podemos decir que para mantener buenas relaciones interpersonales es necesario saber administrar o gestionar nuestras emociones. Esto a la larga nos ayudara también en los ámbitos académicos y laborales.
Un dato interesante que quizás no sabías es que, la mayoría de nuestras acciones son irracionales, por lo tanto, nuestro actuar es en base a nuestras emociones queramos o no. Ósea es parte de nosotros, todos tenemos una personalidad, un temperamento, y actitudes diferentes.
Es por eso que es muy importante una buena administración de nuestras emociones, ya que nos ayuda a crecer socialmente, aumenta nuestra motivación, nos facilita elegir aptitudes que nos hace tolerar las presiones y frustraciones. Y para lograrlo se necesita desarrollar las habilidades de las relaciones intrapersonales, ósea nada de otro mundo.
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