El ejemplo de motivación externa por excelencia es el salario que una persona recibe a cambio de realizar su trabajo. Otro ejemplo pueden ser aquellas recompensas o premios que los padres entregan a los hijos a cambio de que estos consigan un buen rendimiento académico.


Finalmente, otro ejemplo menos material consiste en los halagos y reconocimientos que puede recibir una persona tras finalizar una tarea de manera exitosa.
Sin embargo, en la mayoría de los casos en los que la motivación es exclusivamente extrínseca se acaba produciendo una disminución del rendimiento independientemente del ámbito al que se haga referencia. Por lo que la motivación extrínseca no es una buena aliada para proyectos a largo plazo.
Las recompensas externas apartan de la persona de la motivación que realmente importa: la motivación intrínseca. Está comprobado que cuando una persona comienza una actividad o tarea motivada por factores internos y posteriormente se le añaden recompensas externas, la eficacia y productividad disminuye con el el tiempo. La explicación es sencilla, algo que se inicia por el mero placer de realizar una actividad acaba siendo percibido como una obligación y no se disfruta de la misma manera.
No obstante, esto no implica que toda motivación extrínseca sea dañina. La sensación tras recibir una recompensa o premio por un trabajo bien hecho siempre es agradable y placentera, pero esta no debe de acabar reemplazando la satisfacción o deleite que la propia actividad proporciona.

 

Tipos de incentivos

 

Por lo tanto, un programa de incentivos no puede basarse sólo en ofrecer comisiones y recompensas de carácter económico. El trabajador debe sentirse valorado y cuidado por la empresa, mediante acciones incentivadoras como:

•    Oportunidades de promoción laboral.
•    Reconocimiento de los logros.
•    Sentirse arropado, valorado y querido por la empresa.
•    Proporcionarle los medios necesarios para trabajar con calidad y de forma autónoma.
•    Fomentar la aportación de ideas y la participación en todos los ámbitos.


Motivación extrínseca en el trabajo 


Determinada por la recompensa e incentivos que se derivan de la acción o conducta recompensas externas a la actividad laboral los factores motivadores externos funcionarán siempre que el trabajador no los posea, los desee y perciba que puede obtenerlos (no motivan si ya se tienen) la actividad laboral no es un fin en sí misma, es un medio para obtener un fin 


Motivación extrínseca en el aprendizaje 

El refuerzo y el castigo son las principales técnicas que se utilizan en el aula para motivar extrínsecamente a los alumnos. Sin embargo, numerosos estudios elaborados por psicólogos muestran que los alumnos con autoestima positiva, altas expectativas y con motivación intrínseca para aprender, obtienen mejores resultados escolares que aquellos con autoestima baja, escasas expectativas y una motivación extrínseca para el estudio. 

 

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