El hábito

Otro aspecto de la motivación que es difícil de sobreestimar es el hábito. Incluyen volver a un estado desestresado. Cuando hablamos sobre necesidades físicas, por ejemplo, a menudo hablamos sobre homeostasis: como un termostato que controla un horno, comemos cuando estamos bajos de nutrientes, y paramos de comer cuando tenemos suficiente.

Lo mismo puede aplicarse a los fenómenos psicológicos: cuando nuestro entendimiento de las cosas es escaso y fallamos al anticiparnos, tratamos de mejorar nuestro conocimiento; una vez que comprendemos algo, y nuestras anticipaciones den en el blanco, estaremos satisfechos. De hecho, casi parecería que pasamos nuestras vidas tratando de estar inconscientes. Después de todo, sentimos angustia cuando las cosas van mal y deseo o placer cuando las cosas mejoran.

Los hábitos: actitudes inconscientes

Los hábitos son cosas que son tan minuciosamente aprendidas, que funcionan tan suavemente, con tan poca angustia o deseo, que son inconscientes. Cuando los hábitos se refieren a comportamientos sociales, los llamamos rituales. Las coronaciones, bodas, ceremonias, funerales, hacer cola, tomar turnos al hablar, decir "hola, ¿cómo estás?" (quieras saberlo o no), todo son ejemplos de rituales.

También hay siempre formas de pensar y percibir que son tan minuciosamente aprendidas que tendemos a no ser conscientes de ellas: actitudes, conjuntos mentales, normas, prejuicios, defensas, etc.

La clave para identificar hábitos y rituales es que los actos son esencialmente no emocionales e inconscientes. Ducharnos, por ejemplo: lo raro es que te lavas más o menos de la misma forma cada día, como si estuvieses jugando un juego de ordenador. Objetarás que las cosas que rodea a los hábitos o rituales pueden ser emocionales (por ejemplo, un funeral), pero las cosas que se hacen también se hacen casi automáticamente, como conducir un coche, hasta que las cosas van mal. Cuando esto pasa, experimentas algún tipo de angustia.

De cualquier forma, mantener las cosas tal como están, manteniendo la ley y orden social, es una motivación extremadamente poderosa. En su forma más positiva, es nuestro deseo de paz y satisfacción. En su forma más negativa, está nuestra resistencia a nada nuevo o diferente.

Motivaciones superiores

Al otro lado del espectro, están lo que podríamos llamar motivaciones superiores, como la creatividad y la compasión.

Hay veces, cuando estamos por un momento "trasportados fuera de nosotros", o, para ponerlo de otra forma, cuando sentimos una identificación con algo mayor que nosotros, sentimos algo muy grande e indescriptible dentro de nosotros. Mucha gente experimenta esos momentos cuando están al borde del Gran Cañón por primera vez, o entra en una de las grandes catedrales de Europa por primera vez. El océano, la acrópolis, las secuoyas, los colibríes, la música, incluso un gran libro o película puede hacer esto también. Podemos llamarlo una experiencia "cima", espiritual o mística, o solo llamarlo sobrecogimiento.

Este tipo de cosas también suceden con ciertos comportamientos. Los escaladores hablan sobre la experiencia de flujo, cuando sus mentes están totalmente ocupadas con la tarea entre manos y se sienten "uno con la montaña". Los bailarines, actores, músicos y atletas mencionan experiencias similares de implicación.

Las actividades creativas

Las actividades creativas pueden también darnos estos sentimientos. Los artistas, músicos, escritores, científicos y artesanos hablan sobre un punto en el cual son llevados por su creación, más que, al contrario.

Y lo sentimos cuando estamos realmente enamorados de alguien, cuando se vuelven más importantes que nosotros mismos. Albert Achweiter decía que solo aquellos que sirven a otros pueden ser realmente felices. A esto se le llama compasión.

En todos estos ejemplos, no solo vemos "mantenimiento y mejora del yo", sino una trascendencia del yo, una pérdida del yo que paradójicamente nos lleva a una expansión del yo. La mayoría de las religiones y filosofías hacen de esto sus valores más altos.

Libertad

Hay algo muy peculiar sobre la gente: mientras que, desde fuera, podría parecer como si nuestros comportamientos fueran completamente determinados por las variadas fuerzas que inciden sobre nosotros (la genética, el mundo físico, las presiones sociales) parecemos ser capaces de "retirarlo" de vez en cuando, por un momento o dos, del flujo de sucesos. Podemos pararnos a reflexionar sobre las cosas. Y podemos imaginar y pensar sobre cosas que no están inmediatamente presentes.

Por ejemplo: a veces una parte de nosotros (digamos nuestra fisiología heredada) quiere gratificación sexual, y la quiere en este momento. Otra parte de nosotros (digamos nuestra educación social) requiere respeto, seguridad, virtuosidad, afecto, o lo que sea. Si estamos completamente determinados, podemos simplemente ir con la fuerza más poderosa, y la vida puede ser fácil. En cambio, tenemos la habilidad de sopesar las fuerzas.

Algunas veces esto es un proceso casi inconsciente. Podemos sopesar dos fuerzas emocionalmente, en términos de ansiedad y deseo relativos. Pero podemos retroceder un poco y añadir ciertas consideraciones racionales, y considerar cosas como el significado del pecado o la extrañeza de ser descubierto. Preocuparse sobre las cosas de esta manera puede ser desagradable, pero es un signo de nuestra libertad de elección.

Podemos también crear nuevas opiniones. Solo las personas se enfrentan tanto a posibilidades como a realidades. Cuando las cosas parecen ser una cuestión de o esto o aquello, malo tanto si lo haces como si no, podemos pausar y reflexionar, y crear una tercera (o cuarta, o quinta...) posibilidad.

Incluso cuando las alternativas parecen estar totalmente ausentes, alguna libertad permanece. El escritor y filósofo Jean-Paul Sartre, después de enfrentarse a la tortura de la Gestapo, descubrió que él siempre podía decir no. Al menos, siempre tienes la elección de la actitud que tomarás ante tu sufrimiento, a pesar de lo duro que pueda ser.

Una jerarquía de necesidades

Está claro que algunas necesidades son más demandantes que otras: si tienes hambre, sed y falta de aire, debes atender primero a la falta de aire, al agua en segundo lugar y a la comida en tercero. Abraham Maslow tomó esta idea y creó su ahora famosa jerarquía de necesidades. Más allá del aire, agua y comida, él estableció cinco capas más amplias: las necesidades fisiológicas, la necesidad de seguridad, la necesidad de pertenencia, la necesidad de estima y la necesidad de actualización del yo, en ese orden.

  1. Las necesidades fisiológicas: estas incluyen las necesidades que tenemos de oxígeno, agua, proteínas, sal, azúcar, calcio, y otros minerales y vitaminas. También incluye la necesidad de mantener un balance de pH (si se vuelve demasiado ácido o básico puede matarte) y la temperatura (36,5 º C más o menos). Además, hay necesidades de ser activos, de descansar, de dormir, de deshacerse de los residuos (CO2, sudor, orina y heces), evitar el dolor o tener sexo. ¡Una buena colección!
  2. La necesidad de seguridad: cuando las necesidades fisiológicas están cubiertas, la segunda capa de necesidades entra en juego. Te encontrarás interesándote cada vez más en encontrarte en circunstancias seguras, estabilidad, protección. Puede ser que desarrolles una necesidad para la estructura, para el orden, algunos límites.
  3. Las necesidades de amor y pertenencia: cuando las necesidades fisiológicas y de seguridad están, en conjunto, satisfechas, una tercera capa empieza a mostrarse. Empiezas a sentir la necesidad de amigos, pareja, hijos, relaciones afectivas en general, incluso de un sentido de comunidad. Mirado negativamente, empiezas a volverte cada vez más susceptible a la soledad y la ansiedad social.
  4. La necesidad de autoestima: a continuación, empezamos a buscar autoestima. Maslow señaló dos tipos de necesidad de estima, una baja y otra alta. La autoestima baja es la necesidad del respeto de los demás, la necesidad de estatus, fama, gloria, reconocimiento, atención, reputación, aprecio, dignidad, incluso dominio. La autoestima alta incluye la necesidad de autorespeto, incluyendo aquellas emociones como la confianza, competencia, logro, maestría, independencia y libertad. Fíjate que es "alta" porque, al contrario que el respeto de los otros, una vez que tienes autorespeto es muy difícil perderlo.
  5. Las motivaciones superiores: el último nivel es un poco diferente. Maslow lo llamo auto-actualización o las necesidades del ser. La actualización como Maslow usaba el término se refiere al tipo de cosas que llamamos motivaciones superiores, como la creatividad, compasión, apreciación de la belleza, verdad, justicia y demás. Difieren de las necesidades de déficit en que se vuelven una parte de tu ser, parte de lo que eres. Maslow dijo una vez que las necesidades del ser eran el deseo de "ser todo lo que puedes ser".

Si te falta motivación en la vida, puede que te falle alguna de estas 5 categorías, así que ya sabes por dónde debes empezar.

Cómo encontrar motivación en mi vida: 5 pasos probados

Por tanto, a todos aquellos que, como tú, quieran mantener su motivación en el tiempo, os propongo seguir los siguientes 5 pasos:

  1. Haz una lista de tus talentos/habilidades. Ya sabes, eso que haces muy bien o bastante mejor que la media. Tus puntos fuertes
  2. Haz otra lista de tus pasiones. Qué te encanta hacer (independientemente de la primera lista). Tus hobbies.
  3. Trata de encontrar una actividad que una 1 punto (o más) de la primera lista con 1 punto (o más) de la segunda lista. Si te dijeran que tienes que elegir una única actividad que haces bastante mejor que la media y con la que disfrutas ¿cuál sería?
  4. Expande esa actividad para que otras personas se puedan beneficiar de esa actividad.
  5. Extra: dependiendo de la actividad, trata de encontrar una forma para poder monetizarla. Este punto no es clave pero ayuda a dedicarle tiempo cada día a dicha actividad. Haz cosas que te motiven, aunque al día de hoy no te ganes la vida con ellas (o nunca te la ganes).